sábado, 16 de enero de 2010

Los Valores y la Empresa

Hace algún tiempo que un gran número de Empresas comenzamos a preguntarnos por la esencia que nos caracterizaba y nos distinguía, buscamos un aglutinante que, junto a la Misión y la Visión, nos ayudara a identificarnos y a establecer una dirección en el desarrollo de las personas que formaban parte y se sentían pertenecientes a nuestra Compañía. De alguna forma, significaba encontrar rasgos de comportamiento y actuación comunes, que asegurararan que todos nos encontrábamos alineados, a nivel personal, en las creencias básicas que, como Organización, entendíamos fundamentales y diferenciales. De esta forma, llevamos a cabo un trabajo de explicitación de los Valores de Empresa, que significaba un primer paso de puesta en contacto de lo esencial que la empresa es y desea transmitir, con los comportamientos de los colaboradores que forman parte de ella, yendo a un modelo de integración y coherencia, en la identidad y en la imagen proyectada.

Aquel trabajo que se inició a finales de los 80, muy inspirado en la filosofía japonesa, en apogeo durante esos años, pretendía dar a la Empresa una identidad en torno a la cual se agrupasen las inquietudes y expectativas de sus colaboradores, fomentando la integración e involucración de las personas que formaban parte de ella. El camino recorrido desde aquel momento, ha sido largo y fructífero, y nos encontramos en la actualidad con un reto apasionante en el panorama empresarial respecto al fenómeno de los Valores.

En una sociedad global y diversa, la supervivencia de nuestras organizaciones depende de su agilidad para responder con una enorme capacidad de adaptación, innovación y de prestación de servicio. Y en este entorno, el papel de las personas es fundamental para la creación y aportación de valor. El foco inspirador se desplaza de la Empresa a la Persona, que deja de ser un recurso para desempeñar un papel protagonista y central en la vida de la Organización. El desarrollo del Potencial, del Talento, se hace imprescindible para la continuidad de nuestras Empresas. El negocio está ahí, en disponer de personas comprometidas con el Proyecto, capaces de aportar ideas y de llevarlas a cabo con coraje y determinación. Y estas cualidades sólo aparecen en entornos de respeto y confianza.

El camino para llegar a conseguir este objetivo no es otro que la formación, transmisión y vivencia de valores humanos universales como respeto, confianza, coraje, integridad y compromiso entre todos los integrantes de la Empresa. Esto permite emerger a la persona en su máxima plenitud y establecer relaciones de convivencia productiva, motivación y trabajo en equipo, para transcenderse a sí mismos y lograr aportaciones cualitativamente diferentes y superiores.

Transmitir y crear una cultura en torno a los valores humanos, será el objetivo fundamental de cualquier empresa convencida del desarrollo holístico de las personas y de las posibilidades que tienen éstas para aportar valor añadido. El entorno pedagógico que contribuye a la generación de esta filosofía, tendrá que ver no sólo con la formación sino también con los modelos transmitidos y con las consecuencias de los comportamientos y actuaciones.

El proceso se inicia desde el convencimiento y transmisión de acciones y conductas modélicas por parte de la Alta Dirección, que se continúan a través de la línea de Responsables, generando equipo y otorgando a cada persona valor, respeto y confianza. Esto exige planteamientos diferentes, convencimientos diferentes y actuaciones diferentes, tanto a nivel de Líderes, como de personas y equipos, lo que dará lugar a estilos de dirección diferentes y aportará resultados diferentes y adaptados a los nuevos tiempos y a las nuevas exigencias del mercado para el éxito de nuestras empresas.

Miguel Ángel Velázquez Martín
Director del Centro de Investigación en Valores (CIVSEM)

viernes, 15 de enero de 2010

AVATAR, Aprendizaje para las Empresas

Se ha estrenado recientemente la película AVATAR, en la que una expedición de hombres viaja al planeta de Pandora para conseguir unobtainium, un metal con enorme capacidad para generar energía, que puede venderse en la Tierra a un precio muy elevado. Los humanos han creado genéticamente unos seres físicamente idénticos a los pobladores del planeta, los Na’vi, controlados mentalmente por personas, desde máquinas ubicada en un laboratorio de investigación dirigido por científicos. De esta forma pretenden conocer a los pobladores y aprender de ellos y de su cultura, aunque el objetivo principal de los altos cargos de la expedición es obtener el preciado metal lo antes posible.

La película provoca una reflexión sobre algunos aspectos relativos a las personas y a las organizaciones a las que pertenecemos. Y la primera pregunta que me planteo está referida al compromiso: ¿Con qué nos comprometemos? El protagonista, un ex marine en silla de ruedas, tiene que optar por ser fiel y obtener información para el equipo de humanos al que pertenece, lo cual será premiado con una operación quirúrgica para recuperar la movilidad de sus piernas, o ser fiel a sus convicciones y creencias y luchar a favor del grupo de los na’vi, en el que se ha introducido a través de su avatar. La película nos muestra como Jake (que así se llama el ex marine) se identifica, lucha y se compromete con el grupo de nativos del planeta, incluso siendo cuestionado por la máxima autoridad, que le pregunta: ¿Has olvidado para qué equipo juegas?.

¿Ocurre algo similar en nuestras empresas y con nuestros colaboradores? ¿Qué es lo que les mueve al compromiso? Quizá sea aquello que se identifica más con ellos mismos, con su forma de ver y entender el mundo. Las personas nos comprometemos con aquello con lo que nos identificamos, en lo que creemos. Y, siendo esto así, la Empresa, además de ser creíble en su misión, y aportar un servicio a la sociedad en la que opera, tiene que plantearse la posibilidad de dejar espacio para que aparezca la persona que cada uno de sus empleados es y quiere ser, que responde a su integridad y que le hace digno. Cuando nuestra actuación sólo responde al intercambio de trabajo o tiempo por dinero, la persona se ve menoscabada y el compromiso se resiente hasta el punto de llegar a desaparecer, ya que se entenderá saldado con la aportación que cada uno entiende que le corresponde.

El compromiso, la integridad y la dignidad personal son valores muy relacionados y desde ellos se construyen las relaciones de respeto y confianza hacia los demás. Y ese es el segundo aprendizaje importante que aparece en la película: ¿A quién respeto y en quién confío? A los que veo que son capaces de mantener su integridad, sus creencias y sus principios. En el caso de la película se refiere a una forma de vida, al respeto por las tradiciones, por la comunidad y por la naturaleza, que les permite sobrevivir y les acerca a la transcendencia y al fenómeno religioso. En ese caso, y desde ese comportamiento, aún sin tener una especial simpatía ni admiración por alguien en concreto, aparece el respeto y la confianza, dado que la fuerza de lo íntegro es muy poderosa, y desde las convicciones y creencias llevadas a la práctica, es posible arrastrar, y ganarse a los demás.

Y, por último, quiero reseñar como en este entorno de valores, en el que la integridad, el compromiso, el respeto y la confianza hacen su aparición y es el ámbito natural de desenvoltura, se hace posible un coraje sin límites, aparece la máxima manifestación del poder que las personas tenemos en nosotros mismos y que se pone al servicio del colectivo, de la tribu o de la empresa a la que pertenecemos, que se traducirá en dedicación, utilización plena de los recursos, éxito y consecución de objetivos.

Miguel Ángel Velázquez
Director de Centro de Investigación en Valores

¿Cómo te gustaría construir tu vida?

Un alto porcentaje de personas viven su vida fuera de su centro. El ritmo que nos impone la forma de vida actual nos impide ser la persona que deseamos ser y estar en la vida como nos gustaría. Vivimos desde el exterior de nosotros mismos, de acuerdo a pautas que nos vienen dadas por los grupos de influencia a los que pertenecemos.

Ya desde niños no se nos permite estar atentos a lo que realmente nos gusta, nos apetece, nos motiva. Nos educan en lo correcto más que en el descubrimiento de la sintonía con nuestro potencial. Elegimos la formación para el futuro por las salidas profesionales que nos ofrece, nos presentamos a las entrevistas de selección preparando respuestas que no se corresponden con lo que somos, con nuestros deseos y expectativas, sino con lo que el entrevistador espera oír. El ámbito laboral no se escapa de este fenómeno. Nos comportamos en el trabajo de acuerdo con lo que otros esperan ver, aunque se contradiga con convicciones personales profundas.
Es de esta forma como queremos vivir nuestra vida?

Somos muchos los que deseamos identificarnos con nosotros mismos, aprender a descubrirnos, para lo que necesitamos dedicarnos atención. Es fundamental aprender a sintonizar con nuestras inquietudes vitales, lo que nos hace sentir bien y lo que no nos hace felices, en todos los ámbitos de nuestra existencia.

Y el primer paso para encontrar el centro es tomar como referencia nuestras emociones, qué siento?,… y de la mano de esta pregunta aparecerá la siguiente: qué quiero hacer de mi vida, cómo quiero vivirla, qué tipo de persona quiero diseñar?. Y cada una de nuestras respuestas nos mueven a la acción, y dan lugar a un proceso en el que nos construimos identificándonos con nuestro sentir profundo, con nuestro deseo de ser una y no otra persona. Y, probablemente, ser fieles a ello implique rupturas, con lo que fuimos, con lo que se esperaba de nosotros, con lo que no nos hacía felices a pesar de que fueran motivos de éxito o de una buena fachada ante los demás.

Los días tienen 24 horas, y somos libres para decidir como queremos vivirlas, en cada ámbito, en cada espacio, en cada entorno, con cada persona que nos rodea,…, podemos llenarlas de reto, de ambición, de deseo por erigir lo que deseamos ser o por dejarnos llevar donde los condicionamientos sociales nos dirijan. Somos los dueños de nuestra vida y podemos hacer de ella una experiencia maravillosa. Por qué no empezar a caminar hacia donde queramos estar?. Y, en algún momento miraremos hacia atrás y, qué pasará con nuestra mirada, se sentirá orgullosa de nuestra construcción, o desearía volver a empezar?

Miguel Ángel Velázquez
Director de Centro de Investigación en Valores

El próximo curso de Desarrollo Personal y Orientación Profesional, impartido por Centro de Investigación en Valores, dará comienzo el próximo 8 de febrero. Durante el mes de enero se realizarán presentaciones abiertas para dar a conocer las características, contenidos y objetivos del programa. Si estás interesado dirígete a nosotros en info@civsem.com o llamando a nuestro teléfono 91 449 08 61.

Dime cual es tu Sueño

Han sido muchas personas las que en estos dos años han pasado por CIVSEM (Centro de Investigación en Valores), y han participado en la formación de Desarrollo Personal y Orientación Profesional, curso que, de forma gratuita, impartimos desde la apertura del Centro. Los que empezaron siendo alumnos son, en este momento, amigos para los que CIVSEM supone un referente de acogida, ayuda e impulso, que les anima a ser las personas que quieren ser y a hacer de su vida una búsqueda continua de lo que consideran que les conduce a ser más felices, tanto en lo personal como en lo laboral.

El núcleo de la formación que impartimos está configurado por cinco valores universales: respeto, confianza, compromiso, integridad y coraje; y el curso gravita en torno a ellos, presentando y adoptando la forma en que las competencias y las prácticas profesionales pueden ejercerse desde la vivencia de estos principios. Así el curso se desarrolla en dos direcciones: la primera que opera hacia los conocimientos de cómo los valores impregnan cualquier comportamiento que se lleva a cabo en la vida y, de forma particular, en el ámbito laboral porque tiñen las habilidades y las formas de hacer de un profesional en su desempeño. Y la segunda, que se dirige hacia el interior del individuo como elemento transformador. A través de la aplicación de los contenidos, las prácticas en equipo, el coaching personal y las experiencias que tienen lugar entre alumnos, con profesores y con las personas que forman parte del equipo de CIVSEM, se trabaja para que nuestros alumnos asuman los valores planteados como una forma de vida.

El inicio de la actividad del Centro coincidió con el brusco cambio sufrido por el mercado laboral respecto a la demanda y los requisitos de personas para trabajar en nuestras empresas. A partir de 2008 el número de personas requeridas por las Compañías ubicadas en España disminuyó notablemente, por lo que, desde CIVSEM, emprendimos un enfoque de autoempleo y creación de Empresas, sin que esto suponga excluir a otros que desearían incorporarse como empleados en Organizaciones de mayor tamaño.

Este enfoque, orientado a la creación de Proyectos Profesionales, propuestos por nuestros alumnos, es, actualmente, una de las puntas de lanza de nuestra misión, dado que desde aquí, apoyamos, reforzamos y les proporcionamos ayuda para sacar adelante sus sueños. Ya son varias las pequeñas Empresas que están empezando a constituirse y existen otras que van tomando forma y que, con seguridad, verán la luz en poco tiempo.

Iniciar una actividad profesional propia tiene mucho que ver con uno de los valores que forman parte del núcleo central de CIVSEM: el coraje. Y desde ahí, se genera el caldo de cultivo propicio para desarrollar y practicar los valores de respeto, confianza, compromiso e integridad desde el origen y creación de la actividad empresarial.

Por otra parte, si bien iniciar una actividad laboral propia conlleva asumir riesgos e incertidumbres, éstos se contrarrestan gracias a la ilusión, esfuerzo, decisión y convencimiento personal que sólo un proyecto propio y apasionante, porque es el de uno mismo, puede ofrecer. Y este es el sueño de algunos de nuestros alumnos que, hoy por hoy, están llevando a cabo desde un entorno en el que se propicia el espíritu creativo y emprendedor basado en el aprendizaje y en los valores.

CIVSEM (Centro de Investigación en Valores) está ubicado en la Calle Orense, 70, 10ª derecha, Madrid. Si deseas contactar con nosotros, el teléfono de contacto es el 914490861 o a través de la dirección de correo electrónico info@civsem.com.